A nadie se le ocurriria pensar que el inicio de la oportunidad laboral para la mujer empieza con el diseño del lugar de trabajo. Ultimamente me estoy encontrando con proyectos de naves industriales donde el empresario; no desea que existan ni aseos ni vestuarios para mujeres.

Son naves: de talleres de mecánica, de carpintería metálica, de productos agrícolas; situadas en los polígonos industriales de un pueblo, donde su sociedad solo ofrece a las mujeres dedicarse a la venta en pequeños comercios o como amas de casa. Con esta escasa expectativa laboral claro está; el pueblo pierde población cada año.

No lo contrasté con datos, pero soy de la opinión que: una pareja joven que se quiera instalase en el pueblo, ante la limitada oportunidad laboral de la mujer es normal que arrastre a su pareja a otro municipio con más oportunidades.

Si desde el proyecto exigimos un diseño igualitario, naves con aseos y vestuarios para ambos sexos, podríamos conseguir importantísimos retos sociales: un entorno que propiciase una igualdad efectiva para la mujer en el mundo laboral y evitar la despoblación dentro del municipio.

Un municipio con suficiente o mucha población rentabiliza sus redes urbanas , entre ellas la red de un transporte público que permite el acercamiento de los trabajadores/as a los polígonos industriales; evitando el usos del transporte privado, y mejorando la calidad de vida y ambiental de todos sus ciudadanos.